jueves, 16 de septiembre de 2010

Manifiesto de la Asamblea de Movimientos del Foro Social Mundial de Madrid

Definitivamente, para salir de la crisis, el gobierno español se ha puesto de parte de los intereses de la banca, las grandes empresas y los mercados especulativos del capital, así como de los organismos internacionales que les apoyan, y da la espalda a la mayoría de la población trabajadora.

Mediante la reforma laboral y demás medidas antisociales (reducción de los salarios, congelación y posterior revisión a la baja de las pensiones, aumento de los impuestos indirectos que no discriminan en función de la renta, degradación de la sanidad, la educación y otros servicios públicos, etc.) se recortan derechos básicos de la ciudadanía, se amplían el paro y la exclusión social y, en definitiva, se deteriora la vida de las clases populares. En cambio, los empresarios podrán incumplir los acuerdos salariales y despedir sin dificultad a los trabajadores, y el sector financiero (tenedores de bonos, grandes bancos internacionales, empresas transnacionales…) volverá a obtener beneficios record.

Las personas y los movimientos participantes en Madrid y en el mundo entero en el Foro Social Mundial entendemos que, para abordar la crisis, hay que incidir en las causas que la han provocado. Causas que ponen en cuestión el modelo social en su conjunto, ya que la crisis viene de atrás y es global: de valores, política, económica, alimentaria y ecológica. “Estamos ante una crisis global provocada por el capitalismo, que no tiene salida dentro de este sistema” (FSM de Belén, Brasil, 2009). Nuestras propuestas, por las que estamos trabajando, son las siguientes:

1. Drástica reducción de la jornada laboral y reparto del trabajo, frente al desempleo y los despidos masivos. La clase asalariada no tiene por qué pagar la crisis que provocan los capitalistas.
2. Una banca pública bajo control social que sea parte de los servicios públicos esenciales como la educación, la sanidad, la vivienda o las diversas formas de protección social. Hay que poner freno a los procesos de privatización y promover una gestión participativa de los recursos públicos.
3. Un sistema fiscal progresivo que grave enérgicamente las ganancias del capital, las rentas y patrimonios más altos, y los productos de lujo; que termine con el fraude fiscal y los paraísos fiscales.
4. Una economía social y cooperativa, orientada a satisfacer las necesidades de la población, no a la búsqueda del beneficio.
5. Una producción y consumo responsables, compatibles con el cuidado del medio ambiente, la biodiversidad y el necesario respeto a los límites de un planeta sobreexplotado.
6. Una renta básica universal no condicionada que elimine el hambre y la pobreza a nivel mundial.
7. Una democracia más real a todos los niveles, basada en la justicia social y de género, y en la igualdad de derechos sin discriminación para el conjunto de la población mundial, sin que la violencia sea nunca una estrategia para nadie.


¡Otro mundo es posible, otra economía también!