jueves, 2 de diciembre de 2010

No es ninguna novedad: bancos que operan sin cobrar intereses

¿Cansado de estar pagando intereses sobre pequeños préstamos? Si calificas para el banco JAK de Suecia, tienes razones para celebrar: ¡no te van a cobrar intereses! Uno podría preguntarse,  cómo un banco que opera sin cobrar intereses, puede sobrevivir en esta sociedad obsesionada por las ganancias. La idea de un sistema bancario sin intereses puede parecer absurda, y para muchos de nosotros, incluso inconcebible. Aunque muchas entidades estatales siguen analizando cómo vérselas con esta extraña área de las finanzas, el modelo ha funcionado perfectamente para un creciente número de clientes.  

 El JAK Medlemsbank (Banco de Miembros) de Suecia ha probado ser una entidad exitosa sirviendo a las necesidades humanitarias y proporcionando préstamos sin interés. Éste es, posiblemente; el primer banco en el mundo donde los miembros comparten los beneficios de un sistema viable y libre de intereses, y en el que ellos mismos asumen responsabilidades.

Antecedentes

El Banco Sueco fue fundado en 1970 y obtuvo su licencia bancaria en 1997. Su nombre, JAK (Jord, Arbete and Kapital) significa tierra, trabajo y capital; los factores principales del crecimiento económico. Es una asociación cooperativa, donde sus miembros establecen las políticas y la dirección del banco. Los miembros votan por su junta directiva en la reunión anual y eligen cuatro auditores, un consejo ético, un comité electoral y grupos de trabajo. La forma de trabajo es muy simple: funciona como un banco por teléfono, tiene 24 oficinas regionales y su sede está en un pequeño pueblo llamado Skövde. No hay ninguna objeción en que sus miembros estén en el campo, y las 24 oficinas están regadas alrededor de todo el país.

Hasta hoy, el banco ha conseguido un gran éxito con aproximadamente 30.000 miembros en 2005. Ha entrenado voluntarios quienes organizan numerosas conferencias y exposiciones sobre desarrollo sostenible, equilibrio ecológico y consideraciones éticas, todo con la esperanza de promover el sistema e incrementar la atención de la gente en Suecia.

Este sistema bancario se relaciona con la banca islámica y se está popularizando en la sociedad actual. De acuerdo con el Instituto Islámico de Banca y Seguros, existen al menos 250 instituciones financieras islámicas alrededor del mundo, manejando un estimado de $200.000 millones.

La comunidad islámica considera  el pago o el cobro de intereses como algo moralmente inaceptable. Los sistemas basados en el cobro de intereses funcionan sobre la base de unos depositantes, quienes normalmente tienen un excedente y quieren ganar más dinero a través de los intereses. El interés es a la vez financiado por quienes solicitan préstamos, y, frecuentemente, equivale a más del valor inicial de la deuda. Por lo tanto, este proceso de transferir riqueza del pobre al rico, o del campo a las áreas prósperas es visto como indeseable por la fe islámica y como algo condenable por la iglesia católica.

 

¿Cómo funciona?

En el sistema del JAK, la fortaleza está en los grandes números. Sumando los recursos de muchas personas, es más fácil para alguien recoger una gran suma de dinero. El valor que una persona puede pedir prestado se calcula a través de “puntos de ahorro”. Para un nuevo miembro, la primera etapa es ahorrar dinero y obtener puntos. Puesto de una forma simple, esto quiere decir que cada miembro que quiera pedir un préstamo debe ahorrar dinero primero y después de cierto tiempo, acumular tantos ahorros como dinero pedirá prestado. Los costos de administración son los únicos adicionales del proceso en el momento de tomar un préstamo. Los otros costos incluirían 200 coronas suecas (SEK) como tarifa de entrada al JAK y 200 SEK por año como tarifa de membresía.
 

Bajo riesgo, alta liquidez

Estos sistemas deben asegurarse de tener un bajo riesgo de que alguien no pague la deuda. Afortunadamente, el sistema de JAK tiene varios factores que permiten mantener este riesgo en un nivel bajo. JAK califica a los solicitantes bajo ciertos aspectos: tamaño del préstamo, duración (basada en la cantidad solicitada), pagos deseados, ingreso del solicitante, gastos, edad, género y puntos de ahorro. Estos factores hacen posible al banco evaluar la capacidad de pago del solicitante con la ayuda de software de computador.

Se procesan entre 20 y 25 aplicaciones semanalmente, de las cuales 95% son aprobadas. La mayoría de los préstamos se aseguran usando una persona que da garantía o usando los bienes personales. A los miembros se les involucra gradualmente en el concepto, acentuando el sistema del banco sin intereses. Por eso, se evita entregar préstamos sin estudio previo, para no correr el riesgo de que no puedan ser pagados.

Aun así, hay ciertos problemas con relación a la liquidez de este tipo de sistema bancario: primero, hay más solicitantes de préstamos que ahorradores; y segundo, puede haber retiros repentinos de ahorradores. Estas inquietudes se manejan con la política de JAK de mantener un mínimo de ahorro del 20%. Adicionalmente, la estabilidad se aumenta cuando más puntos de ahorro se entregan a cuentas de largo plazo. Además, JAK induciría también a ahorrar para cuando la persona se jubile por una de las siguientes razones: no habría ninguna pérdida en fondo de dinero ya que los miembros toman prestado entre unos y otros; los ahorros no estarían sujetos a incertidumbres especulativas y el sistema de préstamo tendría como resultado el pago de una suma total que se realizaría una vez el préstamo sea pagado con ahorros posteriores. La alternativa para demandas excesivas de préstamos sería poner a los solicitantes en una lista de espera o rechazar las solicitudes.
 

Conclusiones

Aunque esta forma de banca es extraña para las masas, es muy responsable. Sirve a los pequeños prestatarios, algo que no ocurre en la actual economía capitalista. Es un sistema que puede ser replicado por otras cooperativas, tomando en cuenta los aspectos éticos, para involucrar a prestamistas y prestatarios a organizarse para beneficiarse mutuamente. Promueve también el espíritu comunitario, en contraste con el sistema basado en intereses que se centra en el egocentrismo y la competitividad. De alguna manera uno no puede dejar de sentirse mucho más seguro respaldándose entre sí, que soportado por el volátil mercado financiero.