jueves, 30 de octubre de 2008

La crisis destapa la clase de los nuevos pobres

Familias de clase media, con hijos y con el cabeza de familia en paro. Es el perfil de los “nuevos pobres”, acostumbrados a llegar con apuros a fin de mes y a los que la crisis económica ha golpeado con inusitada dureza. Tanto, que según denunció este martes Cáritas Española, el 40% de los hogares del país puede entrar en situación de vulnerabilidad en los próximos meses. Continúa...



Los nuevos rostros de la pobreza corresponden a familias cuya cabeza (varón, sin cualificación profesional) acaba de perder su empleo y, por edad (en torno a los 40), no encuentra trabajo. “Tenían hipoteca y vivían con lo justo, sin recursos para ahorrar, y agotaron los apoyos familiares y prestaciones por desempleo”, completan desde Cáritas el retrato.

Hipotecas y alimentación

Los efectos de la crisis se traducen en un aumento de la hipoteca, la desaparición de empleo y el incremento de los precios en los alimentos de primera necesidad. Así, por primera vez en dos décadas, entidades como Cáritas han tenido que recuperar las ayudas para la alimentación y, en muchos comedores sociales, se han visto desbordados.

“Desde hace unos meses, nuestros centros han comenzado a recibir peticiones de ayuda de personas que te llaman la atención, porque no son los habituales de los servicios sociales”, ejemplifica Víctor Renes, director del departamento de Estudios de esta organización.

La crisis se ha cebado especialmente con las familias. Éste es uno de los aspectos que constata el VI Informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social en España, presentado este martes en Madrid.

El estudio destaca que “los hogares pobres destinan un 84,2 % de sus ingresos a la compra de la vivienda”, lo que significa, sencillamente, que no hay dinero para comprar comida o ropa. “Y entonces recurren a nosotros”, apuntan desde Cáritas.

En el primer semestre de 2008, esta ONG ha observado un aumento del 94,8% en la demanda de alimentos, del 93,3% para transportes y del 43,2% en ropa y calzado. Todo ello, sin hablar de otros recibos impagados: el coche, el colegio, la luz, el teléfono… Cáritas también ha observado que, en 2008, ha aumentado más del 55% la demanda de ayuda económica.

Millones de pobres

Con las estadísticas en la mano, las cifras de la pobreza en España continúan igual que hace 10 años. Tal y como recoge el informe Foessa, ocho millones y medio de personas en España son pobres, y otro millón y medio sobrevive con ingresos inferiores a 280 euros semanales. Uno de cada cinco hogares vive en riesgo de exclusión social y medio millón de familias padece una exclusión severa.

El economista Luis Ayala subraya: “Por primera vez en la última década, las desigualdades entre ricos y pobres no se han reducido”.
Las perspectivas, además, no son optimistas. “Es muy probable que el 40% de los hogares puedan entrar en situaciones de pobreza y que la precariedad del empleo genere nuevas bolsas de exclusión en el futuro”, señala Ayala. “Hay muchas familias acostumbradas a vivir en la frontera; en cuanto aumente el desempleo, veremos muchos más casos de pobreza y exclusión”, opina.

Todo, a pesar de que España cuenta, según Cáritas, con un alto desarrollo de “bienes relacionales”: vecindad, voluntariado, relaciones familiares… “Gracias a esto, los problemas de exclusión no son tan graves”, matiza el economista.

El final de una etapa

“Estamos ante el final de una etapa”, subraya el profesor Luis Laparra, quien incide en la necesidad de cambiar el modelo social: “Habría que ir más allá y repensar nuestro sistema de protección social y económica”, que, en opinión de los expertos, es manifiestamente mejorable. “Las prestaciones sociales en España no alcanzan el 1% del PIB”, apunta, y dice que eso no se puede tolerar: “La solución a la pobreza es un problema de Estado”.

¿Cómo frenar la situación? “Mediante la denuncia y las propuestas de un nuevo modelo, porque es el momento oportuno”, responde Cáritas. Entre ellas, Laparra apunta la necesidad de paliar al medio millón de familias que padecen pobreza severa. “Estamos hablando de 1.500 ó 2.000 millones de euros”, una cantidad que, en opinión de Cáritas, “no resolvería el problema, pero sí mejoraría las condiciones de vida de estas familias”.

domingo, 26 de octubre de 2008

Foro Humanista Europeo de Milán

Con diversas actividades como paneles, mesas temáticas, eventos artísticos, etc., se desarrolló este fin de semana el Foro Humanista Europeo en Milan, Italia. El Vocero Humanista para Europa, Giorgio Schultze, habló sobre armamentismo, no violencia y anunció la Marcha Mundial. Ofrecemos a continuación su discurso. Continúa...



Queridos amigos,

Quisiera compartir con ustedes algunas reflexiones de quién ha tenido la suerte de atravesar este mundo y de vivir esta época extraordinaria para la humanidad.

Son innegables los progresos cumplidos en esta región en algo más de un siglo y medio de historia, así como son innegables las laceraciones, los sufrimientos, las violencias padecidas e infligidas.

No hay duda que un sistema, por cuanto formalmente democrático, que se sostiene gracias a la inequidad y a la desproporción en la distribución de la riqueza, que mina en la base los fundamentos de la cohesión social, que niega los derechos fundamentales de las personas como la salud, la educación, una vejez serena, que engendra todo tipo de discriminación y racismo, que agota sus recursos, que envenena el medio ambiente, antes o después está destinado al fracaso.

La caída de las Bolsas y la bancarrota de los mercados financieros son el indicador más evidente y completo de una crisis estructural de alcance epocal que desde hace años se vislumbra en el horizonte.

Si fuéramos un poco cínicos nos pondríamos en la ventana a observar "el desastre" producido por quien se sintió un triunfador y portador de un modelo imperial "globalizante" y esperaríamos con serenidad la conclusión de esta loca carrera.

Pero como ciudadanos de este mundo estamos profundamente preocupados, porque no está claro que la respuesta y la salida a la crisis vayan en la dirección esperada.

Nos preocupa que la respuesta a esta crisis económico-financiera y a los desbordes sociales que inevitablemente provocará (y que ya está provocando) en vez de transformarse en equidad y justicia social y en reequilibrio ambiental y redistribución de los recursos, se transforme en chantaje armado contra la población.

Nos preocupa que las fuentes energéticas y los recursos hídricos, en vez de ser tutelados y protegidos como "bienes comunes de la humanidad", sean controlados y amenazados con un arsenal nuclear capaz de hacer "saltar" el planeta 25 veces. ¿Pero no basta una sola?

¿Y quién podría parar el dedo de quién a "modo de prevención" tuviera que decidir provocar una mini-catástrofe nuclear, también sólo "demostrativa"?. En esta guerra, como en todas las guerras, no habría ni vencidos ni vencedores, sino solamente muertos. Y como dijo Gandhi: "¿qué diferencia hace para un muerto si la loca destrucción es forjada en nombre del totalitarismo o bajo el sagrado nombre de la libertad y la democracia?”

¿Cómo podemos desarmar las cabezas nucleares ahora? ¿Cómo podemos desactivar la violencia? ¿En qué imágenes podemos inspirarnos en un momento tan difícil, donde todo se presenta tan acelerado que parece que no hubiera más tiempo para pensar, sentir y actuar en forma coherente, en forma "noviolenta" ?

¿Cómo podremos empezar a dar respuestas diferentes nosotros "civilización occidental"; que desde el Código de Hammurabi (18° siglo A.C.) consideramos la venganza y el castigo como las únicas formas de justicia, y nos alimentamos del principio "ojo por ojo, diente por diente" o "mors tua vitae mea”?.

Con este modo de ver el mundo, con esta tensión de fondo en el estructurar las relaciones con los otros, ¿cómo podremos reorganizar la sociedad, la economía, la política de esta región, basándonos en principios de solidaridad, subsidiariedad, cooperación y reciprocidad?

Desde hace siglos, las tribus Bantú, Zulú, Xhosa transmiten de padre a hijo el concepto del "Ubuntu": "la unión universal que une a la humanidad entera ", un tipo de red invisible que sustenta la vida, donde todos nosotros estamos incluidos y el principio conductual que deriva: "umuntu ngumuntu ngabantu", “tú eres a través de los otros".

Si alguien maltrata, hiere, mata a otro, irrita, lacera el Ubuntu. Tú no puedes, por venganza, rabia o desesperación, maltratar, herir y matar a tu vez, porque actuando así lacerarías más la herida; más bien tendrás que hacer algo para ayudarte a tí mismo y al otro a repararla."

Un principio parecido a aquel indicado en el Talmud, el Texto Sagrado de los Judíos, asì como en el Corán, texto sagrado del Islam: "Quien quiera que destruya una sola vida es tan culpable como si hubiera destruido el mundo entero, y quien quiera que salve una sola vida tiene tanto mérito como si hubiera salvado al mundo entero."

Un principio en la base de todas las religiones y culturas universales, del hinduismo del Mahabarata, al Cristianismo del antiguo Testamento, de Confucio a Buda, de Séneca a Voltaire. Una regla, la Regla de oro, "trata a los demás como quieres ser tratado"que si de veras fuera aplicada hasta sus últimas consecuencias representaría esa revolución epocal, del "Nuevo Humanismo" al que aspiramos.

Una concepción no punitiva sino reparadora, una acción no vengativa sino de reconciliación, actos no contradictorios sino unitivos y válidos dirigidos a otros y que al final nos "premian" a nosotros mismos.

Para que la noviolencia pueda triunfar, además de los principios conductuales y las acciones tendremos que hacer presente otro atributo: la Verdad.

Mucho de lo que ha ocurrido en este último siglo de historia humana se ha desarrollado bajo la insignia deformante de la mentira, de la manipulación de la información, de la creación de miedos colectivos para fomentar la reacción ciega, o peor todavía, para quitar la esperanza.

Retomando lo que dijo Zaratustra, hace más de 3.000 años ("Piensa bien, cumple buenas acciones, dí la verdad"), Gandhi nos ha enseñado el Satyagraha, palabra compuesta, que deriva del sánscrito (satya = verdad) y graha (agarrarse fuertemente). Agarrarse fuertemente a la "verdad", para poder sustentar el Ahimsa, la noviolencia.

Es ésta la más alta y difícil misión de la acción noviolenta: llevar a la luz la verdad y desgarrar el manto tenebroso de la mentira, crear conciencia.

Muchas personas, también aquí presentes entre nosotros, nos han enseñado, en el momento del luto y el drama de la pérdida violenta de una persona querida, que lo que lleva a la justicia no es la venganza sino la búsqueda de la verdad. Y han demostrado que la justicia no tiene sólo un sentido pleno en el respeto formal de los Códigos, sino que sobre todo se dará a la conciencia la señal de que se puede abrir un camino hacia la reconciliación.

Como ha hecho el papá palestino a quién han asesinado el hijo de 10 años, cuando ha decidido, después de tres noches de tormentos y agonía, en pleno contraste con los "códigos" de su comunidad y la comunidad "hostil", donar los órganos de su hijo a cinco niños hebreos, a quienes ha salvado la vida.

Como ha hecho la mamá del soldado hebreo asesinado en el Líbano, al hallar el sentido de la vida y abrir, en una pequeña tierra de frontera, un hospital para curar a niños palestinos con médicos israelíes, derribando los muros entre los extremos y en las conciencias.

Como hemos hecho con algunos jóvenes de la República checa y de Italia, con manifestaciones y huelgas del hambre para revelar al mundo un proyecto secreto de muerte como es el escudo espacial americano.

Como está haciendo un grupo de chicos de Palermo, que han construido, primero una y ahora cuatro guarderías y escuelas multiétnicas, para enseñar que un diálogo entre las culturas es posible y necesario o que es posible decir "¡adiós, chantaje! ".

Sabemos que la acción noviolenta necesitará de mucho coraje y de persistente paciencia.

Este camino hacia la noviolencia no surge espontáneamente, tal como no surge espontáneamente el camino hacia la reconciliación. Ambas demandan una gran comprensión y que se introduzca dentro de cada uno de nosotros la repugnancia física y mental hacia la violencia.

La humanidad, el ser humano, cada persona necesita superar el dolor y el sufrimiento, necesita encontrar nuevos caminos de reconciliación, necesita experimentar compasión frente al que se halla en dificultad, necesita hallar la sonrisa pensando en el futuro.

¿De qué hablarán los Niños de Ubuntu cuándo lleguen a tener nuestra edad?
¿Todavía de discriminación y racismo?

¿O bien hablarán como Constructores y Embajadores de la nación humana universal?

Los ideales de un mundo no se inician por decreto, sino con la práctica, en el empeño cotidiano, en los ámbitos donde nos toca vivir y trabajar y en los que cada uno tiene que luchar para conseguir cambios positivos.

Es necesario un salto de la conciencia, un cambio epocal en concebirnos a nosotros mismos y al mundo que nos circunda como una estructura única, una red invisible que nos une.

Una red invisible que nos une a quien vive, a quien nos ha precedido y a quien ha tenido el coraje de abrir el camino y la paciencia de esperarnos en este cruce de la historia.

¡Estamos a punto de iniciar la larga Marcha de la Paz y la Noviolencia!

Tú y yo, atravesaremos el Mundo con un mensaje de Nueva humanidad.

Tú y yo atravesaremos este mar borrascoso, con los barcos construidos con tenacidad e intencionalidad.

Tú y yo atravesaremos descalzos las frías cadenas montañosas para hallarnos en las acogedoras Ciudades de los Constructores de Paz, Tú y yo iluminaremos esta noche infinita de la Prehistoria Humana, con las antorchas de la paciencia y las hogueras del coraje, en espera del alba de una verdadera, nueva Historia Humana.

Ya muchos están esperándonos: Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Henry David Thoreau, León Tolstoy, Albert Einstein, Betty Williams y Mairead Corrigan, Patrice Lumumba, Nelson Mandela, Aung San Suu Kyi, Rigoberta Menchú...

Y muchos otros están alcanzándonos con sus banderas de Esperanza, movidas por el suave aliento de la Libertad.

Y como me dijo Silo un poco de tiempo atrás: "No temas. Ama la realidad que construyes y ni siquiera la muerte detendrá tu vuelo."